Parece chocante el mezclar estos conceptos, los cuales, a primera vista, parecen tan dispares. Sin embargo, iniciando mi andadura por el mundo de la consultoría, considero que tienen cierta relación.
La llamada crisis económica que estamos viviendo en este año 2.012, en el campo que nos ocupa, es decir, el referido a la pequeña empresa constructora, afecta a ésta principalmente por los siguientes factores:
· Los recortes presupuestarios en las Administraciones Públicas. Este es uno de los principales problemas del que se derivan los siguientes.
· La falta de contratación, primero desde las administraciones públicas, luego, como consecuencia, de las grandes empresas constructoras y, por la falta de actividad económica, de los particulares, los cuales algunos pueden ser importantes, como industrias, etc…
· En este aspecto es muy llamativa la escasez de obra de edificación, tanto residencial como singular.
· La suspensión de pagos de alguno de los clientes habituales, como son las grandes constructoras.
· La deuda de las Administraciones Públicas. En este aspecto parece ser que el Gobierno de la nación está tomando medidas.
· La falta de crédito por parte de los bancos e instituciones financieras.
Al tratarse de empresarios pequeños, sin grandes capitales o reservas, hace que la situación sea aún más penosa para ellos. La solución tan pregonada de salir al extranjero, en la mayoría de los casos, es inviable para estas pequeñas empresas.
A modo de ejemplo se incluye a continuación la información proporcionada por el INE relativo al número de empresas en Galicia, por epígrafe CNAE 09 y por número de trabajadores. En este caso hemos considerado como pequeña empresa constructora la que posee entre 1 y 49 trabajadores. Se puede ver su reducción desde 2.008 a 2.011.
Los pequeños constructores se han visto afectados por otro problema específico del mercado de la construcción en España. Éste es el del gran volumen de subcontratación. En efecto, aunque la Ley de Contratos del Sector Público limita el mismo al 50%, la realidad es que este porcentaje se supera con creces y se da la paradoja que hay un gran número de empresas de construcción, clasificadas para trabajar con la Administración, pero que en realidad no hacen el trabajo. La realidad es que las Administraciones Públicas, en general, tratan de evitar esto en lo posible.
La salida de la crisis va a traer, casi con seguridad, la desaparición de estos intermediarios y el pequeño contratista tendrá que ocupar este hueco.
Sin embargo, esto no va a ser fácil, ya que el pequeño no va a tener los medios y los conocimientos empresariales para acometer este desafío. En efecto, en la mayoría de los casos se tratará de emprendedores voluntariosos que saben hacer el trabajo pero que no tienen los conocimientos empresariales para acometer el crecimiento. Las soluciones que se plantean son:
· Contratar a los técnicos adecuados. Puede existir el problema de que la empresa no pueda contratar a tiempo completo dichos técnicos, bien por el tamaño del propio negocio o por el riesgo y la incertidumbre del empresario
· Recurrir a un consultor externo.
Esta puede ser una solución inmediata para el empresario, el recurrir a un consultor externo, tal como hace habitualmente con la contabilidad o los recursos humanos. En este caso el consultor irá evaluando e identificando las necesidades del constructor, proponiéndole soluciones con su presupuesto correspondiente, lo cual, tiene la ventaja de minimizar los riesgos de dicho constructor.
En otras palabras, se trata del DIRECTIVO O INGENIERO POR HORAS
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